China completó el pasado 10 de septiembre la construcción
del puente más alto del mundo, situado a 565 metros de altura sobre el cañón
del río Nizhu (en el sur del país).
Está previsto que este puente, llamado Beipanjiang y situado
entre las provincias chinas de Yunnan y Guizhou, esté operativo a finales de
año.
Las obras para levantar esta infraestructura se prolongaron
durante tres años y, en ellas, participaron alrededor de 1.000 ingenieros y
técnicos.
Cuando esté abierto al público, el puente de Beipanjiang
superará a otro puente chino, el del río Sidu en la provincia central de Hubei,
inaugurado en 2009, como el más alto del planeta.
La culminación de estas obras se produce menos de un mes
después de la apertura, el pasado 20 de agosto, de otra gran infraestructura
del gigante asiático, el puente de cristal más alto y largo del mundo (con 430
metros de longitud y a 300 de altura), que cerró a las dos semanas tras ser
inundado por una avalancha de visitantes.
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