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viernes, 15 de septiembre de 2017

Sorprendente! La sonda Cassini de la NASA y su final.-

La misión principal de la sonda Cassini es el estudio del planeta Saturno, su sistema de anillos y sus satélites. En el lanzamiento iba acompañada de la sonda de descenso europea Huygens que aterrizó posteriormente en Titán, el mayor satélite del planeta y el más interesante desde el punto de vista científico y biológico de todo el Sistema Solar. Este proyecto es fruto de la cooperación entre la agencia espacial norteamericana NASA y la agencia espacial europea ESA.  y es el mayor proyecto jamás emprendido por ambas agencias. Las naves fueron las mejor equipadas y preparadas de todas las lanzadas hasta la fecha de lanzamiento y se diseñaron y construyeron para disminuir al mínimo las posibilidades de fallos de componentes. El número de piezas mecánicas es ínfimo y la mayoría han sido sustituidas por elementos fijos y que no requieran mecanismos, dado que son los que mayores fallos presentan.



La sonda Cassini  fue lanzada desde Cabo Cañaveral el 15 de octubre de 1997 a las 08:43. usando para ello un cohete Titan IV/B de dos etapas, con una 3ª etapa superior Centauro. Para llegar a su destino, la nave ha usado la técnica de sobrevuelo de planetas para aumentar su velocidad y tomar la dirección final hacia Saturno. En total se realizaron cuatro sobrevuelos, dos a Venus, uno a la Tierra y otro a Júpiter. En todo este tiempo, desde el lanzamiento hasta varios meses después de sobrevolar nuestro planeta, la nave se ha mantenido orientada con su antena principal hacia el Sol para proteger a los instrumentos del calor, ya que la nave se acercará hasta los 90 millones de kilómetros de nuestra estrella. Los sobrevuelos de Venus tuvieron lugar en abril de 1998 y en junio de 1999 a una velocidad de 13,6 km por segundo y en ambos se 'despertaron' algunos de los instrumentos para tomar datos científicos que serían posteriormente enviados a la Tierra.

Cincuenta y cinco días después del segundo sobrevuelo de Venus, el 18 de agosto, la nave llegó a la Tierra sobrevolándola a unos mil kilómetros de distancia con una velocidad de 19 km por segundo (68.000 km/h !!!) y en esta ocasión nueve de los instrumentos fueron activados y realizaron observaciones del sistema Tierra-Luna.

Por último tuvo lugar el esperado encuentro con Júpiter a más de 9,7 millones de kilómetros de distancia del planeta. A pesar de tan lejana distancia, la nave obtuvo datos muy valiosos sobre la atmósfera de Júpiter y otros datos de la magnetosfera que serán contrastados con los obtenidos por la Galileo y que realizó observaciones simultáneamente.

Después del encuentro algunos de los instrumentos de la nave Cassini permanecerán encendidos durante algunos meses para intentar detectar las ondas de los campos gravitatorios y realizar otros experimentos de campos magnéticos.
En total, Cassini ha mandado 444 gigabytes de información científica hasta la fecha, incluyendo más de 300 mil imágenes. Se han publicado más de 2500 reportes en diarios de ciencia basados en datos recopilados por la sonda y que incluyen el descubrimiento de hielo y partículas orgánicas en su luna Encélado; las primeras imágenes de lagos de hidrocarbono en la luna Titán; así como una monstruosa tormenta en el planeta, entre otros descubrimientos. Mientras Cassini se encuentra investigando a fondo al planeta gigante, la nave ha estado volando la trayectoria asistida más compleja jamás hecha.

La complejidad viene en parte cuando se programan visitas a las más de una docena de las 60 lunas totales de Saturno y que en ocasiones requiere maniobrar para obtener vistas de los polos del planeta y de las lunas. Después de ello, la sonda regresa orbitando sobre el ecuador de Saturno, mientras se le programa para su siguiente sobrevuelo programado. Las maniobras paso a paso que los encargados de la misión planearon también toman en consideración las fuerzas gravitacionales de las lunas y el escaso abastecimiento de combustible.



La misión Cassini llega a su final después de 13 años estudiando el sistema de Saturno. En las 292 órbitas que ha completado alrededor del planeta, ha ofrecido datos en profundidad de su campo magnético y sus anillos, entre otros aspectos,  ha descubierto unos mundos no vistos hasta entonces en Titán y en las lunas heladas del gigante gaseoso.
El orbitador, además, va a aprovechar el final de su vida para seguir estudiando Saturno a la mayor proximidad posible. Su combustible está agotándose y, para evitar contaminaciones de algunas lunas heladas, Cassini se precipitará contra la atmósfera del planeta a una velocidad de 35 km por segundo y con una inclinación de 15 grados, desintegrándose en las capas superiores. En su zambullida, sus instrumentos dedicados a la medición del campo magnético, el plasma, el gas y el polvo de los anillos estarán operativos porque su final ofrece, en palabras de Nicolas Altobelli, científico de proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Cassini-Huygens, “una oportunidad única para hacer ciencia nueva; se medirá detalladamente el campo magnético de Saturno, y se medirá detalladamente su campo gravitatorio, para entender su estructura interna”.

También se aprovechará para intentar dilucidar una de las cuestiones más persistentes del sistema del planeta; si los anillos se formaron al mismo tiempo que Saturno o si son más jóvenes. Para ello, Cassini medirá su masa en sus últimos instantes antes de desintegrarse.
Las lunas heladas, el gran descubrimiento
El orbitador entró en la órbita de Saturno en 2004 y uno de los primeros momentos importantes de su misión fue el aterrizaje del módulo Huygens, de la ESA, en Titán. El satélite había sido uno de los que más habían despertado el interés de los científicos tras el sobrevuelo de Voyager 1, en 1980, sobre todo porque no se sabía gran cosa de él.
La presencia de un velo cubriéndolo impedía que se pudiera observar su superficie.

“Huygens permitió ver por primera vez su superficie”, explica Altobelli, y la integración de sus datos con las observaciones de radar de Cassini ha permitido detectar lagos de metano y trazar su evolución con los cambios de estación. “Titán es el objeto geológico más parecido a la Tierra geológicamente”, apunta Miguel Pérez Ayúcar, que fue ingeniero de operaciones de Huygens. La luna, además, ha sido fundamental para  modificar las trayectorias de Cassini.

Sin embargo, aunque ver imágenes de la superficie de la luna fue de los instantes más destacados de la misión, ha sido Encélado el satélite que más ha sorprendido a los investigadores. Altobelli explica que “es una luna helada activa”, y que el descubrimiento de sus géiseres desde el polo sur llevó a un rediseño de la misión para tener más oportunidades de sobrevolarla y continuar observándola. Ese hallazgo, además, lleva a que se piense que en estos satélites helados puede haber posibilidades de que aparezcan formas de vida. “En Encélado hay actividad hidrotérmica en el fondo del mar bajo su corteza”, apunta Altobelli, que añade que “en las fuentes hidrotérmicas de la Tierra hay vida. Es un tipo de vida que no depende de la luz del sol, sino que depende de energía química”.

La misión ha permanecido en Saturno durante más de una década, con lo que ha tenido la oportunidad de estudiar el sistema durante, aproximadamente, la mitad de su órbita alrededor del Sol, de 30 años. Cassini llegó al planeta durante el solsticio de invierno del polo norte y terminará sus operaciones en el solsticio de verano, con lo que habrá registrado los cambios provocados en todo el sistema por las variaciones en iluminación solar. Por ejemplo, el orbitador descubrió que las grandes tormentas en la atmósfera del planeta están condicionadas por la luz del Sol, y todavía podría realizar un último gran descubrimiento antes de desintegrarse.

Las mediciones actuales del campo magnético de Saturno establecen que está alineado con el eje de rotación, lo que no es posible. “El campo debería desaparecer en varios millones de años”, señala Nicolas Altobelli. Sin embargo, Cassini no había podido renar sus mediciones hasta ahora, cuando se aproximará lo suficiente como para confirmar, o no, este detalle. 
Con el final de esta misión, se cierran veinte años destinados al estudio de Saturno por parte de cientos de científicos de 17 países, y pertenecientes a dos generaciones diferentes, pero eso no quiere decir que su legado vaya a acabarse también ahí. La próxima misión de la ESA a los gigantes gaseosos del Sistema Solar es JUICE, que volará a Júpiter y orbitará las lunas Ganímedes, Calisto y Europa. “Medirá la magnetosfera de Júpiter de una manera similar a Cassini”, señala Altobelli, y continuará con sus investigaciones sobre la posibilidad de que las lunas heladas del Sistema Solar alberguen vida.

Una despedida para la sonda cassini de todos los Amigos de este canal Enigmas y Misterios.
y un gran agradecimiento por todo su aporte a la ciencia.

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